Hasta ahora nuestro sentido común nos dice que todo debe morir, como una ley natural absoluta, sin embargo llegamos a un punto de evolución técnico-bilógica donde la ciencia puede cuestionar esta ley, dando paso a las historias mitológicas de dioses inmortales o fuentes de la juventud, como un posible destino futuro.
La investigación ha demostrado a través de estudios sobre compuestos específicos como es el caso del resveratrol (una sustancia que se encuentra en las uvas), la rapamicina (derivado de una bacteria Isla de Pascua) y proteínas producidas por el gen p21 que inhiben otras proteínas en las células conocidas por llevar a la formación de placas amiloides, implicada en la enfermedad de Alzheimer y que promueven el desarrollo del cáncer.
La empresa Senex Biotecnología informó por primera vez en el 2000 que tiene en desarrollo fármacos que funcionan de la misma manera y la
investigación también continúa sobre una enzima llamada “telomerasa”, que ralentiza el acortamiento de los telómeros-secuencias de ADN que crecen progresivamente más corto durante la división celular hasta que la célula finalmente muta o se muere.
En teoría poner fin a esta cuenta regresiva implícita por la genética, puede determinar que las células vivan indefinidamente, ya que aunque suene increíble nuestro cuerpo esta diseñado para auto regenerarse indefinidamente, pero un conjunto de proceso lo impiden y la ciencia los esta identificando para cambiarlos y así poder alcanzar la inmortalidad o una expectativa de vida impensable para la actualidad.
El Premio Nobel 2009 en Medicina fue para los descubridores de cómo los telómeros trabajan con la telomerasa y hallazgos recientes aluden a la promesa de que la telomerasa como se informó en la revista Nature revertiría el proceso de envejecimiento, según las evaluaciones realizadas en animales de laboratorio.
Los resultados de los ensayos en humanos de dos nuevos compuestos llamados activadores sintéticos de la SIRT1 (STAC ) se comenzaran a expender pronto y estos fármacos parecen imitar los beneficios de la restricción calórica, lo que ralentiza el metabolismo y produce un retardo sobre los efectos de la edad en cada especie estudiada, desde la levadura hasta los primates, de acuerdo a patólogos de la Escuela de Medicina de Harvard.
En última instancia la fuente de la juventud puede no encontrarse en la química o la biología, sino en la tecnología, ya que otras teorías rondan sobre la aparición de la nanotecnología como el medio para la inmortalidad, basada en pequeños robots que se encarguen de reparar nuestros cuerpos, órganos y tejidos dañados, dejando de lado los medicamentos y las cirugías, una posibilidad o ciencia ficción. Bien algo es muy seguro a través de los años “siempre la ciencia ficción termino haciéndose realidad”, así que la inmortalidad puede encontrarse a la vuelta de la esquina.
Imagen: MF
